Salir del autoengaño. Niveles de aceptación

Me gustaría compartir una pincelada de los cuatro niveles que se necesitan para ACEPTAR y poder salir de este ciclo de autoengaño:

1ª Aceptación “Superficial” de que es un problema

Esto significa reconocer y aceptar que un comportamiento puede provocar malestar, y también placer o alivio que mantiene y alimenta las justificaciones o autoengaños con unas consecuencias negativas demoradas, que no vemos en el momento y por ello no se establece la relación fácilmente entre lo que hago y lo que de ello se deriva, que se vive de una forma angustiosa característica, y que hay unos impedimentos para superar este autoengaño.

Mucha gente piensa que ya sabe cuales son sus problemas y por qué les sucede lo que les sucede, que saben cual es la solución pero les cuesta llevarla a cabo… por “x” factor, “cuando cambie mi situación laboral…”, “cuando pase mi problema económico me pondré con…”, “cuando ordene mi casa, consiga mi rutina… me pondré a…”, “cuando haga buen tiempo haré…” y al final nunca se llega y la vida se convierte en un eterno sufrimiento por “no llegar”. Sientes y percibes que de alguna manera algo no va bien pero procrastinas con mil excusas, con tintes de perfeccionismo… para al final no ponernos manos a la obra.

No es que la persona no quiera hacerlo, hay un noble deseo de salir de ahí pero no puede, todo se complica.
¿Cómo puedo ponerlo fácil?, el primer paso es pedir ayuda, dejarme ayudar aunque no confíe del todo, porque si realmente solo podía…¿porque mi vida no cambia y vuelvo una y otra vez a lo mismo?

2ª Aceptación “Conductual” de conductas problema

Esto implica que “hay que pasar a la acción”. Entender que somos la suma de lo que hacemos y no vale solo con “entender”. Si sabemos que hay determinados hábitos y costumbres están asociados a la conducta problemática ¿porque no los cambiamos? Una cosa lleva a la otra, nos recreamos en ello por la asociación que tiene con la parte placentera asociada a la conducta problema. Este placer es la “dopamina” de la vida, buscamos el alivio y cada vez toleramos menos el malestar, hasta que llega un punto en el que nos refugiamos en nuestro “mundo interior” de pensamientos, validando cosas que no lo son, y pensando que lo estamos haciendo bien sin darnos cuenta de que el problema no es lo que hacemos (el móvil, las pantallas, las redes…) sino lo que “dejamos de hacer” mientras hacemos eso que nos “desconecta” de la realidad sintiendo alivio, que nos engancha y volviéndonos adictos al “no sentir” y evitar porque la realidad es aburrida, dolorosa, difícil…

Por esto los hábitos se crean y hacen con el “super poder de un poco todos los días” y el “quedarse con ganas de” para entrenar nuestra mente a poder estar de forma sostenible con el malestar, generando mas tolerancia y “poniendonos fácil” para ampliar nuestra gama de recursos para “sentir” en lugar de “no sentir” y vivir anestesiados en la vida.

3ª Aceptación “Relaciones” problema

Hay ambientes y determinadas relaciones que nos perjudican y no somos conscientes porque la parte negativa está escondida tras la parte humana, afectuosa, divertida, placentera de personas que vinculan y promueven el problema. Se trata de relaciones que participan de los principios y los habitos que me perjudican y que queremos cambiar.

Y que por tanto alimentan y mantienen autoengaños. Van en la dirección contraria a la evolución que yo deseo tener. Mantenemos un vínculo “es mi amigo, yo lo entiendo, no lo hace con maldad” sin darnos cuenta que ese destruye la posibilidad de generar otros nuevos, otro nuevo abono para que nuestra planta pueda crecer fuerte, robusta y radiante.

Aceptar en este punto, es entender que el problema no esta solo en la “planta”, que puede estar ya bien, sino en el abono o ambiente en el que la tenemos. Puede que la “planta” ni sea consciente porque siempre creció en ese entorno, a veces no nos damos cuenta de algo hasta que experimentamos el cambio, y ello implica desapegarse, renunciar, soltar para poder dar cabida a probar nuevas formas de funcionar que sean más sanas y saludables, en ambientes y con personas que lo favorezcan, de nuevo, ponernoslo fácil que ya de por sí esto es complejo…

Si has llegado a este punto y te cuesta soltar o desprenderte de viejas amistades, roles, relaciones, papeles, (personas que pertenecen a otra etapa y que viven en otra dimensión) es porque no hay aceptación, posiblemente te lastre un tema de infancia “herida” relacionado con el apego. Lo intentas pero no mantienes los hábitos nuevos. Hay tareas y actividades, ayudas para superar esto.

Poco a poco, con ayuda, aceptación y compromiso, se puede, y trabajar este punto te ayudará a descubrir y tener más conciencia ti mismo y con ello, más capacidad para sostener lo bueno y malo, y con ello, paradójicamente “más disfrute” enchufado en la realidad y sin necesidad de “anestesiarme en mi ideal o fantasía”.

Algunas de las cosas que pueden ayudarte si te cuesta desapegarse es imaginar o realizar cartas de despedida, rituales como un gesto, un abrazo a lo que te sirvió y ahora quieres dejar ir… Curiosea, investiga, explora, apela a ese niño interior que puede hacer mucho más de lo que imaginas si se lo permites, desde tu yo adulto que lo acompaña y protege.

4ª Aceptación “Principios o creencias” problema

Las personas podemos pensar o creer en cosas que sean incompatibles entre sí, y no ser conscientes de ello. Hay creencias, valores que subyacen a nuestra forma de actuar. Por ejemplo, ser un buena persona no es complacer a todos sin atender o comunicar lo que uno necesita.

Ser un buen hijo no es “no dar problemas” es si los doy reconocerlos, hacerte cargo. Ser una buena pareja es mucho más que “poner mi mejor cara” es aportar, comunicar, colaborar con lo bueno y lo malo. Este punto implica navegar en las profundidades de nuestros pensamientos, sentimientos, valores y modelos aprendidos, conscientes e inconscientes muchas veces.

Conlleva aceptar que muchas veces existe una lucha interna con lo que uno desea y lo que la realidad conlleva, porque ambas son incompatibles. Un viaje a descubrir los principios que son incompatibles con el nuevo cambio de vida, pero que es facil autoengañarse para justificarlos. Y a su vez, desarrollar los valores y principios compatibles con mí proyecto de vida.

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