De alguna manera todos nos autoengañamos y esto ha sido una estrategia para sobrevivir situaciones vitales dolorosas y difíciles. Gran número de estudios, han encontrado en fenómenos tales cómo “la disonancia cognitiva” “el efecto pigmalión” “el efecto placebo”, la existencia de complejos e inconscientes mecanismos subyacentes al autoengaño así cómo cierto valor adaptativo. Esto es, favorecer “sobrevivir” en el entorno donde crecimos y para en definitiva, “estar bien” y evitar sentir dolor.
El problema viene cuando este fenómeno se mantiene en situaciones en las que dejó de ser necesario “sobrevivir” pero la persona sigue enganchada en ese “modus”, creando un patrón que va en contra del propio interés, dificultando su desarrollo y favoreciendo reiterar errores con graves consecuencias (ej. adicciones, etc. )
Es posible, nos engañamos y no tenemos conciencia. De la misma manera que una mentira de otro nos duele cuando la desvelamos… que intuyes cosas pero no las “querías ver”, descubrir que durante mucho tiempo has podido estar mintiéndote a ti mismo, puede ser sumamente doloroso, dejando consciente una sensación de vacío que tratábamos de llenar y “todo valía”.
Para poder cambiar este patrón de funcionamiento, el primer paso es ACEPTAR que existe una parte de nosotros que hemos mantenido oculta por algún motivo, para así lograr mirarnos y vernos, con todo. Recordar que el autoengaño y conductas asociadas (ocultar, adornar, mentir…) cumplía una función no solo a nivel externo (de adaptación) sino también interno (no conexión con las sensaciones internas). Cuando ya está instalada esta forma de funcionar no es fácil cambiar, de alguna manera nuestro cuerpo bloquea el acceso a esta parte porque podría ser mucho (conectar con las sensaciones) y colapsar al acceder a esta información de golpe. Es como si no estuviéramos preparados, no aprendimos a utilizar herramientas y recursos para solucionar los problemas de otra manera, bien porque no las teníamos, bien porque las teníamos pero no las sabíamos usar, o bien porque ni siquiera eramos conscientes de que teníamos los recursos ni la propia herida o forma de funcionar como la propia palabra dice “auto-engaño” es esto mismo.
Por esto hay que acceder poco a poco, con ayuda (entendiendo que nadie llega a eso por gusto, nadie se hace fumador dependiente o alcohólico por elección, empieza por un “bueno una no pasa nada…” y para cuando la persona se da cuenta los problemas han invadido su vida con sus amistades, ocio, familia… La mentira es como la droga y el alcohol, empieza por frases como “una no pasa nada”, “es por el bien de la otra persona, para que no sufra…” “cuando cambie esto dejare de…” y cuando nos queremos dar cuenta nos hemos quedado sin vida, no nos reconocemos.
ACEPTAR implica muchas cosas, entre ellas CONFIAR en otro, aceptar que puedo estar equivocado, que puedo no saberlo incluso no verlo, pero si mi vida no está bien, quizás… este pueda ser un motivo, y qué mejor que entrar a abordarlo para crecer, superarse y recuperar tu vida.
Este camino conlleva cuatro niveles de aceptación:
- ACEPTACIÓN “superficial” de que es un problema
- ACEPTACIÓN conductual
- ACEPTACIÓN de relaciones problema
- ACEPTACIÓN de “PRINCIPIOS o creencias” PROBLEMA